miércoles, 21 de septiembre de 2011

LOGOTIPO


Un logotipo (coloquialmente conocido en forma de acortamiento, logo) es un elemento gráfico que identifica a una persona, empresa, institución o producto. Los logotipos suelen incluir símbolos —normalmente lingüísticos— claramente asociados a quienes representan.
Históricamente, los artesanos del barro, del cristal, los canteros, los fabricantes de espadas y artilugios de hierro fino, y los impresores utilizaban marcas para señalar su autoría. Los reyes, además de firmar, cruzaban los documentos legales con un logotipo de su creación, a mano o con un sello.
           

Iso = icono, imagen
 Logo = tipografía, texto (también conocido como logotipo)
 Juntos forman un isólogo o marca gráfica. Existen diferentes clasificaciones de logos: letragrama o grafotipo, emblema, tipograma e imagotipo. Estas subclasificaciones son imprecisas, pues por definición la Real Academia Española no reconoce como palabras "isotipo", "letragrama", "grafotipo", "tipograma" ni "imagotipo", puesto que se trata de aberraciones redundantes carentes de raíz etimológica alguna. Resultado de un abuso del lenguaje, de una forma u otra aluden tanto al valor icónico como tipográfico de las formas, sin considerar el valor semiótico de los signos, su significado y sus significantes en su conjunto como una sola unidad.
Para que un logotipo resulte congruente y exitoso, conforme al principio fundamental del diseño donde «menos es más», la simplicidad permite que sea:
1.Legible (hasta el tamaño más pequeño)
 2.Escalable (a cualquier tamaño requerido)
 3.Reproducible (sin restricciones materiales)
 4.Distinguible (tanto en positivo como en negativo)
 5.Memorable (que impacte y no se olvide)
                
El logotipo puede ser el eje afirmador de la propiedad privada a través del hecho de la autoría.
 Un logotipo se diferencia por:
 La funcionalidad de un logotipo radica en su capacidad para comunicar el mensaje que se requiere, como, por ejemplo: Somos una empresa responsable o este producto es de alta calidad, y para el logro de esto se requiere del uso de colores y formas que contribuyan a que el espectador final le dé esta interpretación.
 Un logotipo, en términos generales, requiere del apropiado uso de la semiótica como herramienta para lograr la adecuada comunicación del mensaje y la interpretación por parte del espectador más cercana a este mensaje. Así por ejemplo un círculo amarillo puede interpretarse de diferentes formas y dársele diferentes significados como sol, moneda, huevo, queso u otros, mientras que si se encuentra adyacente a la palabra "banco" ambos elementos, el círculo amarillo y la palabra banco, toman un solo significado: "Institución Bancaria". Es decir, el logotipo, al momento de representar una entidad o grupo de personas, lo más apropiado es que mantenga congruencia semiótica entre lo que se entiende y lo que realmente busca representar
          

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